Angélica Noguerol
A la juventud le interesa el presente, pero ve con cierta desconfianza el futuro. En una sociedad como la peruana donde al joven se le niega las oportunidades que por derecho le debe ser otorgada, urge plantear una política juvenil inclusiva.
Los jóvenes se encuentran con múltiples preocupaciones en los aspectos de la educación, la precariedad laboral, la violencia urbana, la drogadicción.
No es justo que se trivialice el rol de los jóvenes en la sociedad.
Que no se aproveche sus inquietudes, ambiciones e ilusiones. Nuestros gobernantes tienen la receta para que los jóvenes se inserten con éxito en el corpus social. ¿Pero hasta cuando no se administrará la medicina?
Los jóvenes no son apolíticos, ni individualistas, consumistas, ni hedonistas. Muchos cobijan el anhelo de dotar al país de bienestar, formar parte de programas serios y factibles en el aspecto laboral y educativo.
No continuemos fomentando el lastre de espantar a los jóvenes de la política. Trabajemos por fomentar una educación en igualdad de condiciones.
La ética y los valores son la piedra angular para que una sociedad desarrolle.
Queda entonces en cada uno de nosotros trabajar por una sociedad solidaria donde la inclusión de los jóvenes en el que hacer social y político no queden solo en discursos grandilocuentes y leyes que vegetan en los escritorios.
